La pérdida de uno o más dedos de la mano (amputación) ya sea traumática o congénita, ocasiona importantes limitaciones para la fuerza de prensión y la pinza. Crea alternaciones funcionales y discapacidad, que pueden alterar psicológicamente al paciente. En el caso de amputaciones donde no ha sido posible el reimplante, o bien malformaciones congénitas con ausencia de dedos, la cirugía de transferencias de dedos de pie a la mano se convierte en la mejor opción terapéutica para restablecer la función de la mano. Se realiza sobretodo en ausencia del pulgar. Tras ella, el paciente puede de nuevo realizar la pinza y recuperar la sensibilidad, obteniendo una mano útil para las actividades de la vida diaria.

Los resultados son muy gratificantes para el paciente, a pesar de que pueda quedar alguna secuela, sensitiva o funcional.

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